Todos tenemos los mismos derechos


Marchas van, marchas vienen, esta ciudad se la vive en movimientos sociales, todos tienen que expresar algo, no importando las necesidades, las prisas o las labores que tengan los demás habitantes del Distrito Federal.

Cada año se produce una “revuelta” cultural y sexual, la marcha lésbico gay, en la cual miles de personas se reúnen en el Ángel de la Independencia, que se encuentra en Av. Reforma para exigir,  para mostrar lo que son como seres humanos aquellas personas que no tienen las mismas preferencias sexuales a los heterosexuales. “
Exigen derechos, piden sean respetados por sus gustos, su forma de ser o de vestir, dice un dicho popular mexicano “para que tanto brinco, estando el suelo tan parejo”. Derechos los tenemos todos, no importa el sexo, religión, estatus social; con el simple hecho de haber nacido en este país (y cumpliendo 18) se obtienen derechos y obligaciones.
Pienso, desde una perspectiva que puede ser muy criticable, que tendríamos que trabajar en otros aspectos, no en los derechos de unas o de otras personas, más bien, la educación y el respeto hacia las personas que conviven con nosotros, los que son nuestros vecinos, compañeros de trabajo, porque reitero, los derechos están diseñados para todos los mexicanos.

Las personas que se expresan en este lugar desde hace 30 años, como decirlo o expresarlo, tienen una valía o un valor con un plus, si regresamos a ese tiempo, en los años 80, la sociedad hermética, señalaba y juzgaba (aún lo hacen muchos) a las personas que tenían un deseo distinto a los demás; eran ellos, pero no querían ser ellos, querían ser aceptados y obtenían rechazo. Con todo respeto para los que estén o no de acuerdo se necesitan de muchos pantalones para salir a las calles de la ciudad y decir: Soy fulanito de tal y tengo distintos gustos que la gran mayoría de esta ciudad.
Este trabajo que realizo, tuve que repasarlo en varias ocasiones, debido al impacto que pudiese generar, independientemente de ser heterosexual, me gusta analizar las cosas, me detengo a ver esos detalles y llego a la conclusión de que estas personas de una o de otra manera han hecho sus sueños realidad, que han logrado ser lo que muchos no han podido, ejemplo. Quiero ser doctor, pero, mis padres no me dejan, quiero ser diputado, pero, no tengo palancas o conocidos que me ayuden; en cambio algunos dijeron quiero verme como mujer y lo lograron, quiero casarme con un hombre y también realizaron sus sueños, o las mujeres no quiero que un “hombre” me toque o simplemente no me da el placer que necesito, que deseo o quiero sentir y una mujer si puede dármelo.


Este tipo de pensamientos, de ideas, de corrientes ideológicas, crecen de una o de otra manera, si a mí me lo preguntan, prefiero ver en la calle parejas felices, personas preparadas útiles para la sociedad independientemente de  su gustos sexuales; que tener un panorama de niños drogándose, de personas abandonadas al vicio del alcohol, sin familia o como se diría coloquialmente, sin perro que les ladre.

Una personita me dedicó unos minutos de su tiempo para comentarme lo siguiente:
En esta sociedad, “machista” aún en pleno siglo XXI, no se da cuenta de que no podemos ser todos iguales, que tenemos ambiciones, sueños y fantasías, tal vez no como los demás pero si como seres humanos y racionales. Las empresas no te contratan por verte de esa manera, por lo que tienes que poner tu propio negocio, una estética o vendiendo algunos productos  comerciales, no nos valoran, nos ven como si fuéramos bichos raros, no se vale, valgo lo mismo que cualquiera de ellos.

Esta sociedad necesita, valores, principios, respeto hacia los demás seres humanos, no tanto leyes o derechos como había mencionado antes, cada vez es más difícil convivir por diversos factores: tráfico, estrés, trabajo y un sinfín de cosas que no dejan que podamos convivir sin afectar o pisotear la humanidad de otros.

Si se puede ver una vez al año un colorido paisaje, lleno de fiesta y alegría, de familias acompañando a sus seres queridos, donde manifiestan su apoyo a la diversidad sexual, ¿no podríamos hacer una sociedad mejor? ¿Hacer una fiesta al pedir respeto y no un trámite burocrático?

En esta vida hay que modificar muchas cosas, uno habla como le va en la feria diría otro dicho popular, que esta feria da muchas vueltas si, que esta feria nos enseña nuevas corrientes ideológicas, moda, conceptos también, pero no por eso tenemos que negar o aceptar lo primero que nos digan o que lleguemos a ver.
En esta fiesta conviven todo tipo de personas, gente muy culta y preparada, personas de la farándula, políticos, estudiantes, amas de casa, sin ofender o agredir, si tenemos esa tolerancia un día ¿por qué no todo el año?

Hace años eran grupos pequeños, hace quince años grupos numerosos, ahora se dan cita miles y miles de personas para enseñar, mostrar su valía como seres humanos que no se rinden en la adversidad, que los sueños que tienen los pueden llevar a cabo, no importando si los demás están de acuerdo o no, el lo bueno del ser humano, es un ser individual, original  e irrepetible, cosas, detalles que nos identifica, no somos iguales, no somos idénticos, siempre hay factores que hacen diferencia en  los grupos de nuestra sociedad.

Para terminar, agradezco que me hayan permitido fotografiar a estas personas, seres libres en alma y espíritu como ellas mismas se nombran, la lucha para ellos ya ha empezado y van ganando, cada año son más, cada año tienen mayor aceptación,  ya me invitaron a fotografiarlos (as) el próximo año, esperando ver caras felices, llenas de satisfacción de saberse aceptadas en esta sociedad, por su familia y personas que los rodean, independientemente de que el respeto al derecho ajeno es la paz, yo prefiero decir de una manera más sencilla vive y deja vivir.

Por Jorge Víctor R.




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